miércoles, 17 de febrero de 2016

La saponificación en caliente.


Tras haber utilizado la saponificación en frío para elaborar mis jabones, un buen día decidí probar el proceso en caliente...y me gustó.
De hecho ya los hago todos así, salvo si los quiero decorar y necesito para ello que la masa sea fluida.
El jabón hecho en caliente tiene una apariencia final más tosca pero a cambio, asegura que las grasas añadidas en el sobrengrasado que son las que escogemos por sus  propiedades, se quedan sin saponificar y la sosa no las agrede.

A la hora de ponerse a trabajar se necesita algún utensilio más que para el proceso en frío. Por ejemplo, el recipiente donde alcanzará la traza la masa de jabón ha de ser resistente al calor ya que lo sumergiremos al baño maría durante un buen rato. Encontraréis por la red jaboneros que os lo explicarán.
Yo directamente aposté y adquirí una crock-pot.



En España no es algo habitual usar en la cocina una olla de cocción lenta, pero buscando un poco se encuentra en tiendas.
Los especialistas en hacer jabón con la crock-pot son los norteamericanos.
Me decanté por una que me permitiera realizar poca cantidad de masa (1,5 kg), por ir viendo como iba el proceso, pero que ya se me está quedando pequeña.
No me arrepiento en absoluto de mi adquisición. Y es la más sencillita. Las hay hasta con temporizador y programador. No queremos llenar la cocina de trastos, pero yo sin este trabajaría peor.

En la próxima entrada hablaré del resto de utensilios de mi cocina jabonera, y que lógicamente SOLO uso para hacer jabón. 

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