jueves, 18 de febrero de 2016

El proceso en caliente.

Es importante tener todo preparado y a mano antes de empezar.
No hace falta un gran espacio, pero sí ser organizado para poder maniobrar con soltura.
Disponer de la receta a la vista, y si en el último momento debemos modificar algún ingrediente o cambiar las cantidades, volver a hacer los cálculos con la calculadora de saponificación.
Yo uso la de mendrulandia.
Gracias Mendru, muchas gracias.

CALCULADORA DE SAPONFICACIÓN DE MENDRULANDIA

Calcula que necesitarás unas 3 horas para dar por concluido el proceso y haber enmoldado.


El agua y la sosa caustica.

Se pesan por separado.
Para mezclar, incorporar SIEMPRE la sosa en el agua, y no al revés. En previsión de posibles salpicaduras, protegerse bien las zonas expuestas, como manos, cara, y sobre todo, ojos, con material de protección.
La sosa es caustica, produce quemaduras, y es irritante por inhalación.
La mezcla sosa-agua es exotérmica, por lo que puede quemarnos y fundir un recipiente no adecuado.
Usar para mezclar un utensilio resistente al calor.



Los aceites.

Primero se pesan los que vamos a utilizar para elaborar la pasta de jabón. 
Podemos dejar para más tarde el pesar los del sobreengrasado.
Vertemos en la olla los aceites y mantecas y los calentamos hasta que se equipare su temperatura con la de la sosa disuelta.


Para fundir las ceras y/o resinas, yo utilizo un cazo de acero. Las fundo con parte de las grasas y luego lo añado todo a la olla.


La pasta de jabón.

Cuando la grasa junto con la sosa y el agua se transforman en jabón se le llama SAPONIFICACIÓN.

Una vez sosa disuelta y aceites han alcanzado la misma temperatura, vertemos suavemente la primera en la olla apagada donde están las grasas, mediante un chorrito fino mientras vamos removiendo con la batidora de varillas hasta que la mezcla se homogeneíce.














Si vemos que la traza tarda en llegar, utilizamos la batidora eléctrica con cuidado de no salpicar. 
Empezaremos con una velocidad lenta y sin levantar la batidora. De manera intermitente es lo más práctico y a la vez, vamos removiendo la mezcla.
Vemos que ésta se vuelve más opaca y más densa hasta alcanzar la traza.




Seguimos batiendo hasta que la masa se vuelve más y más densa.

Este el momento en el que añadiríamos los colorantes no sensibles al ph y las arcillas, con el fin de repartirlos de forma homogénea por la masa.




Cuando ya se parece a una mayonesa o nata batida, dejamos de batir.













Ha llegado el momento de tapar la olla y de ponerla a funcionar. 
Si tiene varias opciones, siempre empezamos por la temperatura más baja, la pasta no debe de hervir, solo cocerse (el burbujeo que oiremos más tarde).











La transformación.

La pasta se va transformando en jabón. Cambiará su pH, hará espuma, lavará: al perder el sobrante de agua formará las barras de jabón definitivas.
Pero mientras....

Tras 30 min. la pasta es más fluida y transparente.
Removemos y volvemos a tapar.
20 min. más tarde sigue fluida. Removemos y tapamos.
Tras otros 20 min. removemos y tapamos.
Los cambios que sufre la pasta no se aprecian bien en las fotos, pero ésta se va volviendo opaca y más compacta, aún siendo fluida (que no líquida).
Según los ingredientes, también puede tener un aspecto distinto.
Cuando lleva aceite de coco, la masa "sube". Hay que tener en cuenta el volumen que acepta nuestra olla.
Al removerla suena como a burbujitas. Es normal.

Estas fotos las hice mientras preparaba el Jabón de Castilla cuya receta aparece en el blog.

Repetiremos la acción de remover y tapar cada 15-20 minutos hasta llegar a tener una pasta con una consistencia más compacta que se despegue fácilmente de las paredes de la olla.

¿Cómo saber que ya está listo el jabón para enmoldar?
Se puede hacer el test del pH, bien con una tira de pH, bien con la lengua.
Si lo hacemos con la tira de pH, éste tiene que estar entre 8 y 9. Si da menos, pues estupendo.
Si lo hacemos con la lengua, primero enfría un poco de pasta y luego pruébala con la punta de la lengua. Si da sensación de picor, todavía la masa es caustica así que repite el proceso de remover y tapar con la olla conectada unas cuantas veces hasta que deje de serlo.


El enmoldado.

Es cuando pasamos esa masa rebelde y caliente al molde que hemos escogido.
Lo primero es untar las paredes con aceite vegetal con la ayuda de un pincel.
Apagamos la olla y vamos llenando el molde con la ayuda de la cuchara.
A la vez, voy moviendo el molde para ayudar a que la masa rellene los huecos, ya que esta muy densa.
Al final, lo golpeo contra la mesa para evitar que se queden bolsas de aire que afearían el resultado final de nuestro jabón.
Con la espátula de plástico, aliso lo que puedo la superficie y una vez un poco frío, con las manos y ....voilà!:


Desmoldar.

Con un molde flexible como los de silicona, es tarea fácil. Con uno rígido la cosa se puede complicar.
Se puede desmoldar a las 6 horas de haber vertido la pasta, una vez ésta se ha enfriado y por tanto endurecido.
Yo lo dejo más tiempo. La toco, y si veo que la presión de los dedos no deforma fácilmente la masa, procedo a desmoldar.
Si cuesta mucho, se puede meter al congelador un par de horas, y por condensanción sale. Esto último lo intentaré a ver qué tal.


Cortado.

Venden cortadores específicos para jabón. Yo los tengo, pero no aquí. 
No son muy caros. Aunque con un cuchillo largo y de hoja ancha (yo voy tirando con el jamonero), que corte bien y que sea de un buen acero inoxidable, salen con un poco de maña cortes bastante profesionales.
Podemos buscar por los cajones, y ya si nos encontramos con una lira de cortar queso, nos consideraremos muy afortunados.
















Como son jabones para lavar la ropa, tienen esa forma y tamaño.
Con la práctica se aprende a intuir cuando es el momento idóneo para cortar los bloques en unidades más pequeñas. A veces es justo al desmoldar, a veces conviene esperar hasta un par de días.


Secado.

Aunque ya se pueden usar, puesto que la saponificación ha terminado y el pH no es mayor a 9, dejaremos secar nuestras pastillas sobre una rejilla o estantería protegida, e iremos volteándolas para que pierdan lo que les pueda sobrar de agua y se endurezcan más.
Dependiendo de la receta, este tiempo varía.
Yo los dejo curar por lo menos 3 semanas. Como el buen vino, con el tiempo el jabón gana.
Un jabón hecho de manera correcta, tarda años en echarse a perder.


Conservación.

Nunca se guardan herméticamente. Lo mejor es bien en una caja de madera sin tratar, o una buena caja de cartón, o en el interior de un armario aireado.
Se pueden envolver en tela o papel, nunca en plástico. 
El jabón, sigue vivo y respira.









1 comentario:

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